Mi primer mes de práctica con Seeing that Frees
Contexto: estoy siguiendo el programa de un año Emptiness: A Yearlong Study Program on «Seeing That Frees» facilitado por Tuere Sala y Brian Lesage. Esta entrada refleja aprendizajes y puntos clave del primer mes, que corresponde a los capítulos 1, 2, 3 de Seeing that Frees.
Puntos clave sobre la vacuidad
La vacuidad no es una cosa, ni una experiencia, ni un logro que alcanzar. Podríamos decir que es una característica de cómo existen las cosas. También podríamos decir, desde otro ángulo, que es una forma de mirar a las cosas que nos trae libertad y liberación del sufrimiento (dukkha).
Y esa libertad y esa liberación del sufrimiento no vienen de una comprensión intelectual de la vacuidad, sino de la práctica en nuestra vida cotidiana, y particularmente en situaciones donde hay dukkha.
Para que las prácticas sobre la vacuidad sean liberadoras, es fundamental que tengamos en cuenta cómo todos los fenómenos dependen de la mente. (Explico esto en este post).
En última instancia, las nociones de «fabricación» y vacuidad también están vacías, y no debemos por tanto tomarlas como una «realidad última de las cosas» independiente de la mente. Las cosas están vacías con respecto a una mente que, por defecto, siente las cosas como poseedoras de existencia inherente. Una mente que «crea» las cosas dotándolas de «cosidad».
Puntos clave sobre la práctica
La práctica que quiero trabajar ha de centrarse en la liberación del sufrimiento ahora. En mi vida, aquí y ahora. En mi mente y mi cuerpo ahora. La comprensión y la liberación del sufrimiento vienen de mirar a la experiencia presente con la mayor atención, curiosidad y delicadeza. Aquello que está surgiendo en el momento, agradable o desagradable, sutil o burdo, es la única puerta hacia la comprensión y la libertad. Intentar buscar la felicidad, la paz, la alegría, etc. escapando del dukkha presente es la manera de crear más dukkha.
Si nuestro camino va de la liberación de dukkha y de comprenderlo, parece obvio que este ha de tener un papel central en nuestra práctica.
Y ahora que escribo esto, me sorprende pensar en cuántos años he pasado meditando sin que esto se me enseñase. Se me enseñaba que meditar podía reducir el sufrimiento (de alguna forma), pero no se me enseñaba a mirar con curiosidad el sufrimiento, a inspeccionarlo, a comprobar cómo se alimenta y cómo se extingue, y particularmente cómo diferentes «formas de mirar» lo acrecientan o disminuyen. Creo que esta visión la he conocido por primera vez a través del trabajo de Rob y, parcialmente, a través de la tradición de Plum Village.